miércoles, 30 de septiembre de 2009
En este paraje reubicado, dedicado a los dioses Ra, Amón, Ptah y Hathor, y construído en honor a los faraones Ramsés II y su favorita Nefertari, encontramos todo tipo de esculturas.
El exterior de los mismos templos es una muestra de monstruosas tallas del faraón y su reína, y de "pequeños" miembros de su séquito. De camino al interior de los templos nos acechan todo tipo de espías del antiguo reíno.
Esos interiores están en un estupendo estado de conservación, tanto sus relieves como su colorido. Y si bien dejará en nosotros una extraña huella de viaje temporal estar rodeado de semejante volumen de piedra, no es extraño sentir una profunda e innata sensación de miedo ante la posibilidad de un encierro en tan oscuro y laberíntico lugar.
El exterior de los mismos templos es una muestra de monstruosas tallas del faraón y su reína, y de "pequeños" miembros de su séquito. De camino al interior de los templos nos acechan todo tipo de espías del antiguo reíno.
Esos interiores están en un estupendo estado de conservación, tanto sus relieves como su colorido. Y si bien dejará en nosotros una extraña huella de viaje temporal estar rodeado de semejante volumen de piedra, no es extraño sentir una profunda e innata sensación de miedo ante la posibilidad de un encierro en tan oscuro y laberíntico lugar.

martes, 1 de septiembre de 2009
Suscribirse a:
Entradas (Atom)